martes, 17 de septiembre de 2013

El siguiente paso

Igual que cada noche
te observo absorto,
detenidamente,
mientras te quitas
la blusa, y el encaje
sutil de tu sostén
sostiene,
valga la redundancia,
mis ansias de besar
la redondez de tus senos,
la insólita bravura
de tus pezones indomables,
de acariciarlos
con las yemas
de mis dedos,
con las palmas
de mis manos,
con mi lengua,
con mi sexo,
con mi cuerpo.

Igual que cada noche,
ajena a mis deseos,
te despojas
lentamente
de la falda
y bailas
con tu imagen
al espejo,
con los ojos
entrecerrados
y los labios
entreabiertos,
ignorante de este hombre
que te observa cada noche
desde afuera,
y está vez, por fin,
se ha decidido
a entrar por tu ventana
y, detrás de las cortinas,
espera para dar

el siguiente paso...

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