jueves, 28 de marzo de 2013

Penélope

Cada mañana
se sentaba en una banca
en la estación,
a esperar algo
que nunca llegaría,
estaba loca de atar,
en el pueblo decían,
si hacía diez años ya
desde que por vez postrera
el tren pasó por esas tierras,
marchitas por el hombre,
como las prímulas sin agua
o las mejillas de las putas
tras el paso de los años.
No le cantó Serrat,
no hubo bolso marrón
y zapatos de tacones,
no hubo Odiseo al que aguardar,
no parió a Poliportes
ni tejió una esperanza,
Publio Ovidio olvidó
incluirle en sus cantos.
Cada mediodía,
cuando el sol pega a plomo,
cubierta en soledad
con las piernas abiertas
estiraba los brazos
y apretaba los párpados
jadeaba, gemía,
mordiéndose los labios,
sus gritos inundaban
aquella estación vacía,
y juraban en el pueblo
que se podía sentir
el rechinar del tren
en las olvidadas vías.

lunes, 25 de marzo de 2013

El tren de las cinco menos diez

Terminal ferroviaria 

Cita con el amor de su vida -ahora si el verdadero- rumbo a Guadalajara. Dos hijos en las manos y las maletas en el taxi. 
Destino incierto.
Amantes sin mañana, hijos de un hogar roto 

Camino al andén otra pareja espera abordar. Sin hijos como lastre, aguardan el tren que los llevará a una nueva vida a Guadalajara.

Voz anunciando la partida.
Andenes sin pasajeros, reloj marcando las cinco menos diez.

Dos parejas frente a frente, asombrados de los juegos del destino que los había reunido en el mismo sitio, hacía la misma ciudad para comenzar una nueva vida de la que quisieron escapar.

Impávidos sueltan las manos ajenas. Toman a los hijos emprendiendo el camino a la rutina cotidiana, de la vida conyugal, dejando atrás el engaño mutuo.

Nada más que agregar.




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jueves, 21 de marzo de 2013

Imposible

Dejo de lado la pluma de la prosa para intentar decirte, en verso, lo mucho que, cuando te vas, me faltan la luz que irradia tu simple presencia, la magnética atracción de tu sonrisa, la humedad de tus labios cuando descienden por mi pecho, el calor de tus manos jugueteando con mi cuerpo, tus piernas que me atrapan como una enredadera al conducirme a la tierra prometida de tu sexo. Decirte de sudores y temblores cada vez que apareces por mi cama, por mi casa, mas no por mi alma, porque aunque no estés, estás aquí, conmigo, y basta cerrar los ojos un instante para corroborar que permaneces en esencia. Y al final, como siempre, termino vencido por la imposible tarea para los que, víctimas de un pragmatismo más prosaico, que no procaz no se confunda, no fuimos regalados por los dioses de aquel romanticismo becqueriano, sabinesco, nerudiano, necesario para entregar el espíritu, cubierto por el sutil envoltorio de un poema.

lunes, 18 de marzo de 2013

¿Hablar de poemas de amor?

Eso no es para mi
El amor ¿sabe? es para tontos de corazòn.
Se dislocan los sentidos, ¿Quièn querrìa pasar eso?
Andar con cara de idiota viendo corazoncitos en las nubes, ¡Por favor!

Mire usted, cuando uno està enamorado la vida se torna melosa,
uno piensa en el otro y sueña con hacer poemas de amor. 
Redacta los mejores versos, haciendo a la luna y las estrellas -pobres de ellas- còmplices de sus cuitas amorosas.

Como para escribir poemas se necesita tener vis sensible, déjeme decirle que si no la tiene mi estimado ya puede irse un poquito al carajo.

¿Ha intentado escribir una poesía?
Seguro que no, sino no estarìa preguntàndome cual es el mejor poema jamàs escrito a una dama.

Le dirè còmo hacer versos de amor.

Escoge una daga muy fina.
Cuando estè pensando en su amada entierre la punta con mucho cuidado ahì en el centro mismo del corazòn.
Obvio empezarà a chorrear sangre. 
Haga un cuenco con su mano y colecte toda la que pueda mientras con la otra mano tome una pluma larga de faisàn y empiece a escribir en una hoja blanca.
No tendrà mucho tiempo pero el que tenga serà suficiente para decir lo màs bello del mundo
No se distraiga en hacer la letra derechita, crèame que eso serà lo menos importante al final.cuando sienta que el aire se le acaba deberà escribir el ùltimo verso.
El que dirá como ha vivido sin el amor de la pretensa.

Ya no hay tiempo.

Lo que haya querido decir puede que llegue a quien no debiera porque en el último momento no habrá alcanzado el último hálito de vida para escribir el nombre de la destinataria.
Y su poema querido amigo pasará a engrosas la filas de los que no sabían hablar de amor.





jueves, 14 de marzo de 2013

Ruido blanco

Te regalo estas manos,
blancas de tiempo,
manchadas,
estragadas
por la edad
y las arrugas
del olvido,
te regalo estos dedos,
retorcidos
por los años
y el cansancio,
que se enredan
en unas hebras
de cabello
igual de blanco,
te regalo el espíritu,
albino,
que en escapada
transmuta
en ruido blanco
y se confunde
con el cabello
apresado
entre los dedos
de las manos,
hastiadas,
cansadas de desuso.

lunes, 11 de marzo de 2013

En desuso

Vieja tierna
mirada ausente
recuerdos vagos
de risas imberbes.

La maestra sentada al abrigo de la tarde miraba dentro de si las caras de los niños a los que enseñó un poco la vida bajo el techo de láminas negras de la escuela de un rancho olvidado.
Calzando las chanclas burdas se introdujo a la casita de adobe.. ¨La señorita¨ le llamaban sus alumnos de quienes ella no olvidaba el nombre de cada uno.


Manos enjutas 
de arrugas sin tiempo
cuerpo delgado
con cabello color de noche.


Bajo una carpeta tejida de color blanco con rosas rojas, estaba el baúl que guarda los exámenes y tareas aplicados en los días sofocantes del árido paraje.
Hojas amarillentas atadas con un listón fueron revisadas una y otra vez reviviendo el momento en que habían sido escritas.

Viejita tierna
ojos de cielo
cara morena con trenzas negras
corazón de miedo.

Hurgando entre los recuerdos, sacó de entre ellos un muñeco de trapo que apretó en su enjuto pecho. Era el muñeco destinado a entretener a la hija que nunca llegó, el vientre que la acogería no había sido fecundado.
El amor pasó de largo montado en un caballo tordillo al que no vio porque se encontraba rodeada de niños que nunca fueron los suyos.

Vieja maestra
enseñaste en la escuela
las letras de amor
que no te dijeron.