lunes, 11 de marzo de 2013

En desuso

Vieja tierna
mirada ausente
recuerdos vagos
de risas imberbes.

La maestra sentada al abrigo de la tarde miraba dentro de si las caras de los niños a los que enseñó un poco la vida bajo el techo de láminas negras de la escuela de un rancho olvidado.
Calzando las chanclas burdas se introdujo a la casita de adobe.. ¨La señorita¨ le llamaban sus alumnos de quienes ella no olvidaba el nombre de cada uno.


Manos enjutas 
de arrugas sin tiempo
cuerpo delgado
con cabello color de noche.


Bajo una carpeta tejida de color blanco con rosas rojas, estaba el baúl que guarda los exámenes y tareas aplicados en los días sofocantes del árido paraje.
Hojas amarillentas atadas con un listón fueron revisadas una y otra vez reviviendo el momento en que habían sido escritas.

Viejita tierna
ojos de cielo
cara morena con trenzas negras
corazón de miedo.

Hurgando entre los recuerdos, sacó de entre ellos un muñeco de trapo que apretó en su enjuto pecho. Era el muñeco destinado a entretener a la hija que nunca llegó, el vientre que la acogería no había sido fecundado.
El amor pasó de largo montado en un caballo tordillo al que no vio porque se encontraba rodeada de niños que nunca fueron los suyos.

Vieja maestra
enseñaste en la escuela
las letras de amor
que no te dijeron.






No hay comentarios:

Publicar un comentario