martes, 28 de mayo de 2013

Destiempo

Escrita hace siete años, la carta esperaba guardada en el cajón del buró. 
Metida en una bolsa blanca tenía el dejo a perfume Axis Blue tal como huele él. 
Para que los aires del tiempo no se lleven su aroma pasados los tiempos.
Decía lo mucho que la amaba pidiendo perdón por los desaires ocurridos. 
Con un Te amo al final, la carta fue escrita en papel cebolla con tinta china de una pluma que ya no existe.
Ante la indecisión sobre si mandarla o no, quedó esperando el tiempo adecuado para ser entregada. Pasados los años la carta agonizó en los olvidos de la cotidianidad. 
Resucitando un día al ser hallada por las manos masculinas de quien no envió la misiva.
Dejando escapar un largo suspiro, fue cortada en trocitos quedando cual rompecabezas sin solución.
El cesto de basura fue la tumba de la carta que no encontró su destino final, pedir un perdón que ya no valía la pena.
Después de tanto tiempo el objeto de su amor habíase casado con otro.
El destino de una carta sin destinatario pasó al olvido.
Como ya antes había sucedido
Como si nada hubiese pasado.

jueves, 23 de mayo de 2013

Recorrido

Heme aquí,
parafraseando al león
que sólo pide a Dios,
pidiéndote de hinojos
la posibilidad de
volver a recorrer
la ruta indómita
del altiplano
poroso de tu vientre,
bordear el litoral
de tu cintura,
la inhóspita geografía
de tus pechos,
descansar en el oasis
generoso
de tus labios,
perderme en paraje
desértico
de tus piernas
casi eternas,
hasta llegar, no importa
si así fuese,
cuarenta años después,
a la tierra prometida
de tu sexo.

lunes, 20 de mayo de 2013

Venganza

Por lo regular papá me llamaba cerca de la medianoche cuando todos estaban dormidos. El régimen casi militar al que nos sometía nos ordenaba dormir a las 7pm cuando el sol todavía no se metía.
Mi madre dormía a su lado amamantando a mi hermano pequeño. Mis otros hermanos descansaban en las otras camas.
No se oía ni un ruido más que la respiración pausada de los habitantes de la casa. Afuera todo era tan normal, dentro todo era tan irreal que nadie podría saber lo que ocurría.

Así comenzó todo.

Muy quedito se levantaba mi padre de la cama, acercándose a mi decía en un susurro: Ahorita que me acueste, vienes. Tenía cerca de cinco años cuando todo empezó.
La primera vez no entendí para que querría que fuera a su cama. Me levanté con la inocencia del que nada teme. Cuando estuve junto a él, me levantó la camiseta y empezó a sobarme la panza.
¿Qué sentía al hacerlo? Nunca lo supe y ni siquiera se me ocurrió preguntarle, le tenía miedo ya había probado su mano en mi mejilla cuando no lo obedecía. De oficio albañil tenía las manos tan encallecidas que cuando nos pegaba era una especie de cuero lo que nos azotaba. Nos dejaba marcados los dedos por varios días. En la escuela no sabíamos que decir cuando la maestra preguntaba qué nos ocurría. 


Empecé a odiar que llegara la noche porque sabía que me diría que fuera hasta donde él estaba y empezaría a sobarme la panza.

Un día mi hermana mayor le dijo que dónde estaba yo cuando me buscó y no estaba junto a ella.
-¡Duérmete!- sonó tajante.

Esa vez mamá no estaba, se había ido a parir a mi hermano.

Yo siempre vi a mi padre como un monstruo. Sabía que lo que hacía no era bueno porque esperaba la noche para acariciarme.
Mi hermana -ya de más grande- me preguntó si me había hecho algo más pero le dije que no y se quedó tranquila. El odio que vi en sus ojos me asustó, no quise contarle lo que me hizo una noche en que bajó su mano.
Lo borré de la memoria.

Tiempo después supe que a mis demás hermanas les había hecho cosas peores que a mi. ¿Dónde estaba mi madre cuando eso pasaba?
Hasta el día de hoy no lo sé. Ya no quiero preguntar más. Es como abrir una herida cicatrizada pero que por dentro está supurando. 
Si me pidieran meter las manos al fuego por alguno de los dos lo haría por mi madre, ella era una santa porque de otra forma no entiendo cómo es que vivió al lado de mi padre durante tanto tiempo.

Mis hermanos se salvaron, al menos así lo creo porque ven a mi padre como un ídolo. Lo tienen subido en un pedestal como si fuera la máxima gloria que el mundo les dio. Yo he querido quitarles la venda de los ojos para que ese gigante falso caiga a sus pies pero mi hermana me lo ha advertido: Dios me mandará al infierno porque esas cosas son pecado y por lo tanto no se deben decir. Se debe morder el alma antes de decir algo del padre o la madre.

Por eso me he quedado callada tanto tiempo pero me he prometido a mi misma que el día que esté muriendo se los voy a decir. Esa será mi venganza, romperles el ídolo de barro que tuvieron por padre no le hace que me vaya al infierno porque no creo que haya algo peor que lo que viví en la tierra.










jueves, 16 de mayo de 2013

Eres un mar

Caminando por la playa pensé escribir un poema que hablara de la falta que me hacen tu vientre perlado de sudor y de deseo, tus pechos coralinos, tus labios temblorosos como olas de sal y caracolas, tus piernas entreabiertas como arrecifes que invitan a encallar, pero el estruendoso romper de la marea me hizo entender, allí, sentado en la arena, que no es a ti a quien extrañaba, sino al mar.

lunes, 13 de mayo de 2013

Acróstico

Roce de ramas
Unidas por troncos de inflexible grosor
Incitan a la calma perenne
De la vigilia
Ostentosa del búho.

jueves, 9 de mayo de 2013

Para cuando se nos acabe el amor

Ni tus manos,
ni tus dedos,
ni tus senos
como cántaros
ni tus caderas
generosas,
ni tu cintura
apretada,
ni tu espalda
sudorosa,
ni tus piernas
poderosas,
ni tus labios,
ni tu lengua
recorriéndome
las ganas
y el deseo,
ni el cálido gusto
de tu sexo,
húmedo,
turbio,
pegajoso.

Cuando acabe el amor
no habrá nada que,
cubierto de negro satín
por envoltorio,
me puedas regalar
para volver a ganar
lo que habremos perdido.

lunes, 6 de mayo de 2013

Dual

Te cubres
exigua de pena y pudor
con tus dedos blancos y largos
acaricias los senos.

Colores rojos tiñen tus labios
eximes de dudas las dulces manos
ensayando besos en el cristal profano
manoseando tu cuerpo
sus ojos vanos
acostado revisa
si vales el precio.

De negras medias se visten tus piernas
largas que llevan al cielo
nubes blancas,
olor a hielo
llueve el deseo
en camas ajenas
hilando traspiés
en bocas procaces
de lujurias sin tregua.

Pequeña niña
mujer plena
tus manos aprenden
juegos obscenos
vestida de negro
inconsciente vives
historias prohibidas
por tu edad tan tierna.

La vida te viste
en las noches eternas
de ropa galante
y
en el día
con muñecas juegas
compradas con dinero sucio
de manos deshonestas.

La vida es así
dices sonriendo
mientras con tu blanca mano
enjugas tus ojos.



jueves, 2 de mayo de 2013

Corto viaje a ningún lugar

La encontraron en un páramo, tenía la frente hinchada, el cráneo hundido, los ojos reventados, las costillas rotas, la nariz en pedazos, una nariz pequeña que tenía la facilidad de clavarse en la memoria de quienes la tuvieron alguna vez entre sus labios, una nariz fina de la que saltaron borbotones de sangre, ahora seca, hasta cubrir casi por completo las manchas moradas que, por todo su cuerpo, contrastaban con su piel blanca, casi transparente, logrando una fotografía grotesca en la que lo menos impactante era la desnudez de ropas.

Ojalá la hubiera encontrado con otro, ojalá la niña en su vientre hubiera sido de alguien más, ojalá la causa de tanto dolor hubiera sido cierta y no una sospecha infundada.

La encontraron en un páramo, apenas unas horas después de haber tomado la decisión más importante de su vida: emprender un viaje sin retorno a un lugar mejor.