viernes, 30 de agosto de 2013

No nos hagamos pendejos

Por más vueltas que le doy
y por más que me cuestiono,
no encuentro algotra razón
para tu cruel abandono.

No creo que hallas olvidado
–no nos hagamos pendejos–,
nuestras llamadas furtivas,
nuestros mensajes perdidos,
ni esas miradas ocultas,
ni aquellos besos robados,
nuestras manos temblorosas,
nuestro nudo de entrepiernas.

No respondes mis llamadas
ni mis mensajes contestas,
de mirarnos ya ni hablar,
mucho menos de besarnos,
ni de enroscarme en tus piernas,
pero muy seguro estoy
–no nos hagamos pendejos–
no es por olvido tu ausencia.

Por más vueltas que le doy
y por más que hago memoria,
no encuentro algotra razón
que tu desidia ominosa.

1 comentario: