lunes, 15 de abril de 2013

Cinco años

La última vez que la vi fue un 25 de agosto de hace ya cinco años. Me dijo que tenía piedras en el riñón, posiblemente la operarían. Tranquilizándola para que no se preocupara, dije que todo saldría bien. Fue la última vez que la vi.
La conocí por medio de mi trabajo. Se conectaba diario para hacer unos chequeos de precios, de esa manera fuimos intimando. Hablábamos pocas veces pero hubo un día que se sinceró conmigo diciéndome que era muy infeliz en su matrimonio.
Pregunté algunas cosas más bien para hacer plática pero lloró de tal manera que me dio pena la pobre y la consolé.

De ahí en adelante tratábamos de hablar todos los días. 
La constante comunicación hizo que me fuera enamorando de ella y ella de mi. Fue algo chistoso porque me preguntó que si quería ser su novio virtual, yo por no dejar le dije que si. No recuerdo la fecha pero si sé que fue un día de Abril porque faltaba poco para mi cumpleaños que es en Mayo.

Nadie me había pedido ser su novio, yo era -como hombre- el que tomaba la iniciativa. Un tanto desconcertado le dije que si. Sería su novio virtual.

De ahí en adelante nos buscábamos en las mañanas para darnos los buenos días. Luego en las tardes permaneciendo conectados hasta la hora de salida.
Pasamos muchos momentos felices. Soy demasiado extrovertido, lo contrario de ella que es tímida hasta más no poder pero con todo eso fui haciéndola a mi modo.

Como en todas relaciones fuimos llegando a más.

Un día me dijo que estaba muy cansada. Le ofrecí darle masaje de los que doy a mi esposa para relajarla y después tener  buen sexo.
Le describía cada detalle de lo que haría si estuviésemos juntos. La virtualidad no era obstáculo para nuestro amor. Podríamos no habernos visto de forma física pero cada uno sabíamos como era el otro. 
El día le dije que tenía ganas de acariciarla con aceites y esencias finas, me sorprendió diciendo que estaba desnuda frente al monitor.
Me saqué de onda porque no esperaba tal cosa pero supe conducirme con cuidado para no asustarla y que me siguiera diciendo lo que hacía ante mis deseos que se iban despertando bajo el pantalón.
Cuando nos dimos cuenta estábamos enfrascados en un faje virtual. El pantalón dejaba ver un bulto crecido que hube de disimular cuando entró la secretaria pero al salir ella lo dejé que se estirara tan largo como es. abriéndome el cierre. Mientras leía lo que hacía del otro lado del monitor, me acariciaba imaginando que placer tan grande sería tenerla en mis brazos. Después de todo era verdad que la amaba aún sin conocerla en persona.

Fueron pasando los meses. Teníamos relaciones por lo menos dos veces a la semana. Cuando más felices éramos, desapareció sin dejar rastro.
La busqué por todos lados donde podría encontrarla. pregunté a sus amigos que también eran amigos míos pero nadie supo darme razón.. Me dolía el alma encender la computadora y no verla conectada. 
Para sobrevivir sin su amor escribía poemas en la bitácora del trabajo. No comprendía porqué ella que tanto decía amarme me haya dejado sin explicación cuando más felices éramos.

Se fue sin decirme nada.

Cansado de buscarla, retomé mi vida normal. Se había hecho costumbre no verla y aunque lloraba por ella ya no me dolía tanto.
Mucha gente piensa que los hombres no sufrimos por amor pero hablan a la ligera porque si sufrimos y bastante pero lo disimulamos muy bien para que no nos hieran con comentarios estúpidos.

No he buscado a nadie más. Para mi fue y será la única novia virtual en mi vida porque sin tocarla me hizo el hombre más feliz de la tierra durante cinco años en los que sigo esperando regrese a mi para decirle que quiero abrazarla de verdad como tantas y tantas veces imaginamos.

Ella recargando su cabeza en mi pecho y yo amándola como nunca nadie la amó en la vida real.

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